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Ficha de María Fernanda Mora
Ciudad natal: Saldán, Argentina
Educación: Licenciada en Química, Universidad Nacional de Córdoba, 2002; Doctora en Química Analítica, Universidad de Texas en San Antonio, 2009
Puesto actual: Científica, NASA JPL (Laboratorio de Propulsión a Chorro), Instituto de Tecnología de California.
Aficiones: Cocinar, leer, el montañismo, tejer.
Consejo profesional: Hazte autobombo, autopromociónate sin ninguna vergüenza. “En mi cultura, a veces esto se considera arrogante, pero he aprendido que es importante apostar por una misma.”
Proyectos:“La comida, especialmente cuando cocino para gente en los EE.UU. Aprendí a cocinar gracias a mi madre, mi padre y mi abuela. La comida es nuestra forma de demostrar el amor en mi familia.
Ficha de Alejandra Rodríguez Abaunza
Ciudad natal: Moniquira, Colombia
Puesto actual: Estudiante de Doctorado en Ciencias de la Tierra y el Medioambiente, Universidad de Indianápolis.
Educación: Licenciada en Biología, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 2016; Máster en Biología Marina y limnología, Universidad Nacional Autónoma de México.
Mejor consejo profesional recibido: En el mundo académico, hay que ser siempre curioso y valiente. Me lo dijo mi supervisor durante la carrera.
Elemento favorito (y por qué): El carbono. La datación con carbono es mi favorita y la más fiable (N. del T. En español se pierde el juego de palabras con la polisemia de “dating”, al mismo tiempo “datación” y “cita”.)
Maria Fernanda Mora es una química argentina que trabaja en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés). Desarrolla técnicas miniaturizadas para buscar signos de vida extraterrestre en misiones espaciales. Alejandra Rodríguez Abaunza habló con Mora sobre las curiosidades de trabajar en la NASA, así como de lo que significa ser Latina en ciencia.
Esta entrevista ha sido editada por motivos de claridad y brevedad.
Maria Fernanda Mora
CIUDAD NATAL: Saldán, Argentina
EDUCACIÓN: Licenciada en Química, Universidad Nacional de Córdoba, 2002; Doctora en Química Analítica, Universidad de Texas en San Antonio, 2009
PUESTO ACTUAL: Científica, NASA JPL (Laboratorio de Propulsión a Chorro), Instituto de Tecnología de California.
AFICIONES: Cocinar, leer, el montañismo, tejer.
CONSEJO PROFESIONAL: "Hazte autobombo, autopromociónate sin ninguna vergüenza." En mi cultura, a veces esto se considera arrogante, pero he aprendido que es importante apostar por una misma.
QUÉ ME RECUERDA A CASA: La comida, especialmente cuando cocino para gente en los EE.UU. Aprendí a cocinar gracias a mi madre, mi padre y mi abuela. La comida es nuestra forma de demostrar el amor en mi familia.
SOY: Latina
Crédito de la imagen: The Light Committee
Alejandra Rodríguez Abaunza: ¿En qué se diferencia la NASA de otros laboratorios donde ha trabajado?
Maria Fernanda Mora: Lo mejor del JPL es la diversidad de disciplinas, mucho mayor que en el mundo académico. Cuando hice la carrera y el doctorado en laboratorios de química, y teníamos seminarios semanales para los estudiantes, podía entender las presentaciones, aunque trabajara en campos distintos.
Pero cuando llegué aquí, no entendía nada de lo que hablaban en las reuniones. Fue una experiencia de aprendizaje que me sacó de mi zona de confort.
ARA: Lo entiendo perfectamente, estoy haciendo la tesis en ciencias de la tierra aplicada, pero hice la carrera en biología. Es muy interesante, pero a menudo me siento perdida.
MFM: A veces es abrumador. Pero tienes que aceptar que hay muchas cosas que no sabes, aunque a veces te sientas muy perdida, como un pulpo en un garaje. Esa sensación a veces era muy real pero, en algún momento, algo cambia y entiendes que tienes un punto de vista único y cosas que aportar. Ese es el verdadero valor de un equipo.
ARA: Efectivamente. Cuénteme sobre su investigación en el JPL. ¿Cómo ayuda su trabajo en la búsqueda de signos de vida extraterrestre?
MFM: Desarrollamos instrumentos para identificar moléculas que podrían indicar la presencia de vida.
En nuestro laboratorio, en concreto, utilizamos la electroforesis capilar para analizar líquidos. También utilizamos detectores de fluorescencia para aminoácidos, que son señales de vida bastante reconocidas, así como espectrometría de masas para identificar otras moléculas que solemos encontrar en la Tierra.
También usamos un detector de conductividad para determinar la composición inorgánica de nuestras muestras, porque está relacionada con la habitabilidad. Esta es una tecnología relativamente nueva en las exploraciones de la NASA, porque las misiones espaciales no utilizaban el análisis de muestras líquidas.
En algún momento, algo cambia y entiendes que tienes un punto de vista único y cosas que aportar.
ARA: Nuestra investigación tiene algunos puntos en común, también utilizo la espectrometría para determinar algunas huellas geoquímicas que nos ayudan a construir el clima del pasado.
MFM: Sí, eso también conecta con nuestras búsquedas de vida. Muchos de los aparatos que hemos mandado a Marte hacen básicamente espectrometría, para tratar de entender qué pasó con la superficie del planeta y averiguar si puede haber compuestos orgánicos en el subsuelo. Es importante hacer todos estos estudios antes de enviar un instrumento que tome muestras y haga análisis químicos.
ARA: ¿Cuál cree que es el mayor reto de diseñar estos experimentos químicos? En mi campo, a menudo son las adaptaciones a condiciones de campo inesperadas.
MFM: La clave es prevenir las cosas que pueden ir mal y planear cómo mitigarlas. Cuando diseñábamos los instrumentos, uno de los mayores retos era hacerlo cada vez más pequeño. En el laboratorio tienes todo el tiempo del mundo y puedes dar muchos pasos distintos para tomar una medida, pero en el espacio los recursos son limitados. Esto es difícil de aceptar para los químicos analíticos porque “¡siempre hay que medir todo tres veces!” Y hay que cambiar el chip. Tienes que hacer ciencia de vanguardia, pero aprender a trabajar con los recursos que tienes a mano.
Otro reto consiste en prepararte para lo inesperado. No conocemos en absoluto la composición de las muestras que analizamos. A veces tenemos una ligera idea, pero puede haber componentes de la muestra que afecten a las medidas. Pero aunque es complicado, también crea problemas muy divertidos.
ARA: ¡Qué gran reto! ¿Cuál ha sido su proyecto favorito hasta la fecha?
Cuando llegué por primera vez al JPL desarrollamos un instrumento llamado “Portátil químico” para analizar muestras sólidas en Marte. Ahora estamos más interesados en Europa y Encélado, que tienen océanos cubiertos de hielo.
Otro lugar interesante es Titán, la única luna con lagos de compuestos orgánicos en su superficie. En vez de agua, esos lagos están hechos de metano líquido. Los expertos creen que, de haber evolucionado la vida en Titán, serían probablemente organismos muy distintos a los terrestres. Son lugares muy interesantes y me encantaría mandar mis instrumentos a todos ellos.
ARA: ¿Qué despertó su interés por la ciencia cuando crecía en Argentina?
MFM: Mi padre me regaló un libro de ciencia titulado “Cómo funcionan las cosas”. Adoraba ese libro, lo recuerdo como si fuera ayer. Creo que así empezó todo, aunque en realidad era bastante curiosa igualmente.
Alejandra Rodríguez Abaunza
CIUDAD NATAL: Moniquira, Colombia
PUESTO ACTUAL: Estudiante de Doctorado en Ciencias de la Tierra y el Medioambiente, Universidad de Indianápolis.
EDUCACIÓN: Licenciada en Biología, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 2016; Máster en Biología Marina y limnología, Universidad Nacional Autónoma de México
MEJOR CONSEJO PROFESIONAL RECIBIDO: En el mundo académico, hay que ser siempre curioso y valiente. Me lo dijo mi supervisor durante la carrera.
ELEMENTO FAVORITO (Y POR QUÉ): El carbono. La datación con carbono es mi favorita y la más fiable [N. del T.: En español se pierde el juego de palabras con la polisemia de "dating", al mismo tiempo "datación" y "cita".]
SOY: Boyacense
El trabajo actual de Alejandra Rodríguez Abaunza se centra en reconstruir el clima del pasado usando la geoquímica de los sedimentos de lagos. Cuando no está en el laboratorio separando diferentes tipos de carbón microscópico, disfruta pasando tiempo en su jardín cogiendo fresas.
Crédito de la imagen: Katie Dawson/IUPUI School of Science
ARA: Cuando era pequeña mis padres me regalaron una enciclopedia llamada “El mundo de los niños”. Recuerdo intentar aprenderme los nombres de los animales de distintas partes del mundo, como una bióloga.
MFM: Yo recuerdo sumergirme en la historia del libro “Viaje al centro de la tierra”. No deja de ser gracioso que sea una historia de exploradores y que ahora trabaje en la exploración del espacio. Quizás todo comenzó con ese libro de ciencia ficción.
ARA: ¡Qué curiosa esa historia! Usted se mudó desde Argentina a los Estados Unidos para hacer su tesis en la Universidad de Texas en San Antonio. ¿Cómo fue esa experiencia en los años 2000?
MFM: Creo que lo más duro es dejar atrás a amigos y familiares. Ya sabes lo que significa mudarse a otro país, con otro idioma y otra cultura diferente.
Al principio, idealizaba mi país con recuerdos de lo perfecta que era Argentina. Pero luego, desarrollas una visión más realista, porque en realidad nada es tan perfecto.
Al mismo tiempo, la oportunidad de vivir en otro país es muy valiosa; te ayuda a crecer como persona. Conoces a gente de todo el mundo. A pesar de que al principio era muy tímida hablando en inglés porque no tenía muy buen nivel, si pudiera viajar en el tiempo, me gustaría haberme avergonzado menos de mi pronunciación.
ARA: Sí, para mí la barrera del idioma fue lo más problemático durante mi primer año fuera. Además del idioma, ¿cómo cree que influyen sus orígenes latinos a su carrera como científica?
MFM: La verdad es que sólo empecé a pensar en esto en una etapa avanzada de mi carrera. Cuando llegué al JPL, por ejemplo, me di cuenta de que a menudo era la única mujer (y la única latina) en las reuniones. Me di cuenta de lo que significa ser parte de una minoría. Ahora estoy interesada en mejorar la diversidad de nuestro campo.
Hace poco hablé con estudiantes en Argentina y participé como ponente en el taller “Latinas creando el futuro de las ciencias STEM+” para estudiantes de instituto en la conferencia anual del “Día de la Historia Latina” en Los Ángeles. Pero suelo sentirme más discriminada como mujer que como latina.
Probablemente a ti también te ha pasado: estar en situaciones donde la gente te interrumpe, no confía en ti, o incluso toma tus ideas y las hacen pasar por propias, solo porque eres mujer. He pasado por esto durante toda mi carrera. Y quiero poder cambiarlo. En nuestro grupo del JPL tenemos muchas charlas sobre los sesgos del subconsciente: el sesgo de género contra las mujeres es muy real y todavía ocurre, aunque mucha gente no se dé cuenta.
ARA: ¿Y qué consejo le daría a las jóvenes científicas latinoamericanas que están empezando su carrera?
MFM: No tengas miedo de agarrar las oportunidades que te lleguen, aunque no estuvieran planeadas. Ten la mente abierta, atenta siempre a todas las oportunidades a tu alrededor y no tengas miedo, tampoco, de hacer algo con lo que no te sientas demasiado cómoda al principio. A la larga, puede ser el sitio perfecto para ti.
Traducido al español por Fernando Gomollón Bel para C&EN, con revisiones de César A. Urbina-Blanco. La versión original (en inglés) de este artículo se publicó el 20 de septiembre de 2024.
Chemical & Engineering News
ISSN 0009-2347
Copyright © 2024 American Chemical Society
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