Lento arranque de fusiones y adquisiciones de compañías biotecnológicas y farmacéuticas en la Conferencia de Salud de J. P. Morgan

La Conferencia sobre Salud que organiza anualmente J. P. Morgan en San Francisco marca el arranque del año para la industria biotecnológica. Este año ofreció algo más que un empujón.

Docenas de empresas biotecnológicas emergentes anunciaron un aumento de la captación de participaciones clase A o financiación continuada, especialmente en los campos de inmuno-oncología y secuenciación de DNA. Pero, en general, si la reunión de este año fue destacable por algo, fue por la ausencia de grandes declaraciones.

Los mayores negocios dados a conocer nada más comenzar la reunión y durante la misma apenas sobrepasaban los 1.000 millones de dólares. Incyte llegó a un acuerdo con MorphoSys para comprar anticuerpos diana de CD19 para cánceres hematológicos por valor de 900 millones de dólares. Y Eli Lilly and Company anunció que pagarían hasta 1.100 millones de dólares por adquirir la compañía Dermira y el lebrikizumab, su anticuerpo experimental para la dermatitis.

“Lo que ocurre en JPM marca la pauta del sector biotecnológico”, dice Kinam Hong de Sofinnova Partners, una empresa de capital-riesgo centrada en ciencias biológicas.

Pero esta calma tal vez sea sólo temporal, según las empresas vayan a pagar las astronómicas facturas del hotel de San Francisco. Un informe emitido durante la reunión por la consultora EY destaca que el volumen de negocio movido por las ciencias biológicas en 2019 ha llegado a un valor de 350.000 millones de dólares, algo sin precedentes. Esta cifra se apoya en grandes acuerdos como la adquisición de Celgene por parte de Bristol-Myers Squibb o la compra de Allergan por AbbVie.

Además, el fundador de Alpine BioVentures, Mitchell Gold, espera que 2020 aún sea un gran año para su consolidación. “J.P. Morgan no es una línea divisoria que necesitas cruzar para conseguir los negocios que allí se hacen” dice. La combinación del dinero oculto de las grandes farmacéuticas y el estallido de innovación por parte de las empresas biotecnológicas pueden significar más adquisiciones a lo largo de 2020, añade.

De hecho, las actividades de compra de biotecnológicas en el rango entre los 2.000 y los 10.000 millones de dólares “nunca han sido tan fuertes”, de acuerdo a un informe emitido por PwC durante la reunión. Estos negocios extra probablemente seguirán siendo muy populares en 2020, añade el informe.

Los líderes de las empresas farmacéuticas y biotecnológicas presentes en la reunión dijeron que esperaban que la inmuno-oncología y las terapias génica y celular continuaran siendo temas candentes en 2020, como ya lo han sido los dos últimos años.

“El área de las terapias génica y celular está justo ahora empezando a despegar”, tal y como explica Andrew Plump, presidente de investigación y desarrollo en Takeda Pharmaceutical. Plump ha expandido el interés de Takeda en terapia celular a través de socios académicos e industrias biotecnológicas y en terapia génica mediante la adquisición de Shire hace un año por 62.000 millones de dólares. Takeda está buscando más negocios en terapia génica, en especial para mejorar y expandir los vectores virales y no virales utilizados para distribuir genes.

Otra área ya madura para inversiones es la de terapias con objetivos en el campo de la neurología, como las enfermedades neurodegenerativas raras transmitidas genéticamente. “Mantengan su atención en la neurociencia”, comenta Michael Ehlers, jefe de la oficina científica de Apple Tree Partners y anterior director de Investigación y Desarrollo en Biogen. “Creo que es la nueva oncología”.

Los líderes de las farmacéuticas también vigilan de cerca la inteligencia artificial. Tal y como expone Rupert Vessey, director de investigación y desarrollo inicial en BMS (Bristol-Myers Squibb) “estamos viendo cada vez más compañías avanzar con aproximaciones de inteligencia artificial en campos como el descubrimiento y desarrollo de fármacos”. Y añade “creo que puede tener un incalculable valor si se aplica bajo las circunstancias adecuadas”.

Aunque el “pulsador” del descubrimiento de fármacos tiene todavía mucho camino por recorrer, los próximos años pueden validar la inteligencia artificial como una herramienta para el descubrimiento de fármacos, dice Pearl Huang, socia emprendedora de Flagship Pionnering y Consejera Delegada de Cygnal Therapeutics. “Cualquier esfuerzo computacional o en inteligencia artificial necesita datos fiables. Los datos fiables vienen de la biología bien hecha”, añade.

Clive Wood, director general de descubrimiento e investigación en Boehringer Ingelheim, dice que la inteligencia artificial está sobrevalorada, pero ve oportunidades, sobre todo para la química medicinal. Wood está particularmente interesado en la aplicación de herramientas computacionales a nuevas modalidades de moléculas pequeñas como degradantes específicas de proteínas. “Estas dos últimas décadas han sido las décadas de lo biológico”, dice, “y creo que vamos a entrar en una nueva era para las moléculas pequeñas”.