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Infectious disease

C&EN En Español

El experto en aerosoles José Luis Jiménez da la voz de alarma sobre la transmisión aérea de COVID-19

El químico de la Universidad de Colorado habla directamente con el público sobre cómo las personas pueden protegerse

by Carmen Drahl, special to C&EN
January 4, 2021 | A version of this story appeared in Volume 99, Issue 1

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Photo of Jose-Luis Jimenez.
Credit: Courtesy of Jose-Luis Jimenez

La frenética vida de un investigador académico le suena relajante a José Luis Jiménez estos días. Desde marzo, el químico analítico y atmosférico de la Universidad de Colorado Boulder ha trabajado sin descanso, instando a los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a reconocer que los aerosoles en el aire desempeñan un papel importante en la transmisión de COVID-19. Él es uno de los 239 expertos en múltiples campos científicos que en julio firmaron una carta abierta a las agencias (Clin. Infect. Dis. 2020, DOI: 10.1093/cid/ciaa939). Desde entonces, el CDC ha actualizado su postura, afirmando que la inhalación es el principal modo de transmisión del nuevo coronavirus que causa la COVID-19. En la fecha de cierre de esta edición de C&EN, la guía de la OMS todavía indica un papel secundario de los aerosoles.

Para Jiménez, la actualización del CDC tardó mucho en llegar, y la postura de la OMS es un primer paso, pero no suficiente. Así que ha acudido directamente al público, explicando en entrevistas y artículos de opinión escritos en inglés y español cómo pueden protegerse las personas. Tantos le han pedido consejo por las redes sociales que él y sus colaboradores crearon un documento público de Google (Google Doc) con preguntas frecuentes.

Carmen Drahl consiguió un hueco en la apretada agenda de Jiménez para preguntar sobre la química de los aerosoles, la COVID-19, y de ser un entrevistado reticente. Esta entrevista ha sido editada por motivos de extensión y claridad.

Biografía

Ciudad de origen: Zaragoza, España

Educación: BS-MS, ingeniería mecánica, Universidad de Zaragoza y Universidad Tecnológica de Compiègne, 1993; PhD, ingeniería mecánica, Instituto de Tecnología de Massachusetts, 1999; postdoctorado, Aerodyne Research, 1999–2000, e Instituto de Tecnología de California, 2000–2002

Mejor analogía para la transmisión de aerosoles: inhalar el humo del cigarrillo que se acumula en una habitación. Antes estaba prohibido fumar en los restaurantes, en España entrabas a un restaurante y había una nube. La limitación de esta analogía es que una habitación donde la gente fumaba apestaba al día siguiente o incluso al mes siguiente, pero para entonces el virus se ha ido.

Imprescindible para la salud: solía tener dolor de espalda y subí de peso cuando era profesor asistente. Descubrí las cintas de correr en 2012. El dolor de espalda desapareció y perdí mucho peso. A menudo, camino 6 horas al día.

Audiencia más difícil de alcanzar: solo cuando aparecieron los artículos de opinión en la revista Time y en el periódico El País, mi familia finalmente me tomó en serio. Desde entonces, la mayoría de mi familia sigue mi consejo, excepto mi madre. Creo que la OMS aceptará que la transmisión por aerosoles es relevante antes de que mi madre use mascarilla.

¿Qué define a un aerosol frente a una gota, y qué diferencia causa en la infección?

Desde el punto de vista de la transmisión de enfermedades infecciosas, un aerosol es una partícula de saliva o fluido respiratorio que flota en el aire y que nos infecta cuando lo inhalamos. Eso es diferente a una gota, que es un proyectil que infecta al introducirse en los ojos, las fosas nasales o la boca. Las personas generan partículas de muchos tamaños cuando tosen, hablan o cantan. Cuando hablamos, las partículas por encima de 300 µm aproximadamente son gotas porque tienen la suficiente inercia para hacer un impacto balístico similar a un proyectil. Al toser o estornudar exhalamos con más fuerza, por lo que partículas más pequeñas pueden actuar como gotas y, en esas situaciones, el tamaño puede ser de en torno a 100 µm. Partículas más grandes que esos 100 µm pueden impactar como una gota. Con un diámetro de 100 µm y menor, las partículas son aerosoles y solo pueden infectar por inhalación.

Usted suele investigar los aerosoles en la atmósfera terrestre. ¿Cómo se convirtió en parte de un proyecto COVID-19?

Estaba preocupado, como todos los demás. Vi que la COVID-19 no estaba siendo controlada. Vi que llegaba a España, de donde soy. Cuando le dije a mi familia que usara mascarillas desde el principio pensaron que estaba loco. Parecían pensar: “¿Y tú qué sabes? Eres un químico atmosférico”.

Paralelamente, estaba hablando con otros científicos. Empecé a hablar con Linsey Marr en Virginia Tech, con quien he trabajado en contaminación, pero sabía que también estaba trabajando en la transmisión de virus por aerosoles. Le pregunté: “¿Crees que el COVID-19 podría transmitirse a través del aire?”. Ella dijo: “Sí, eso creo”.

Entonces, el 28 de marzo, la OMS publicó un gráfico en sus cuentas oficiales en redes sociales que decía: “#COVID-19 NO se transmite por el aire” y “Ayude a detener la desinformación”. El 31 de marzo, Lidia Morawska, de la Universidad Tecnológica de Queensland, me escribió y me preguntó si quería unirme a un grupo de científicos que ella dirigía para apelar a la OMS sobre la importancia de la propagación aérea. Así que dije: “Sí, por supuesto”. Y entonces empecé a aprender mucho más rápido, porque en este grupo están muchos de los líderes mundiales en transmisión de enfermedades por aerosoles.

¿Qué tuviste que aprender? ¿En qué se diferencia el estudio de los aerosoles atmosféricos del estudio de los aerosoles generados por humanos?

La parte sobre aerosoles es casi igual. Cómo se comportan en el aire, todas las herramientas que usamos para estudiarlos, los modelos matemáticos que usamos… son los mismos. La parte que no sabía es la parte de la infección. ¿Cuántos virus hay dentro del aerosol? ¿Cómo infectan? ¿Cuánto tiempo sobreviven en los aerosoles? Eso es difícil de aprender por tu cuenta. Básicamente, hice un máster –a bestia– gracias a este grupo. Hemos tenido horas de discusiones sobre cada pregunta que surgía. No diría que soy un experto en la parte de infecciones, pero estoy lo suficientemente informado.

A drawing includes a woman wearing a mask next to things to avoid or reduce in order to slow the spread of COVID-19. The tips are based on the letters in “civic duty”: crowding, being indoors, low ventilation, close proximity, long duration, being unmasked, talking and singing, and yelling.
Credit: America L. Edwards/University of California, Santa Barbara
America L. Edwards, estudiante de doctorado en comunicación en la Universidad de California, Santa Bárbara, creó infografías a partir de los mensajes de José Luis Jiménez sobre cómo las personas pueden protegerse mejor de la transmisión por aerosol del COVID-19.

¿Qué otros conocimientos de química son valiosos para entender la transmisión de COVID-19?

Entender la química atmosférica, incluidos los gases y aerosoles, es extremadamente útil. Una vez se acepta que el virus está en el aire, se puede usar esta ciencia para preguntar qué pasaría en una situación determinada. Entender cómo estos aerosoles ganan o pierden agua, cómo la exposición a oxidantes o luz ultravioleta puede dañar las moléculas del virus y hacerlo no infeccioso, es todo muy útil. Hemos escrito modelos matemáticos de cómo se comportan los aerosoles que contienen el virus en una habitación.

¿Cómo se está adaptando a hacer comunicación científica además de su investigación?

Es difícil. Soy introvertido. No soy alguien que busque ser el centro de atención o que disfrute siendo tan público. Pero siento que es un deber cívico. Estoy convencido de que esta enfermedad se transmite principalmente a través de aerosoles y de que los gobiernos y la OMS no están dando a la gente las herramientas ni las explicaciones que necesitan para protegerse.

¿Cómo ve el futuro de su investigación después de la pandemia? ¿Ha cambiado su rumbo para siempre?

Tengo que ver cómo de útiles seríamos. Ya hay muchos buenos investigadores en el campo de la transmisión de enfermedades por vía aérea. Creo que mi grupo ha encontrado algunas áreas de modelización de la transmisión de aerosoles en el aire de una habitación compartida (Indoor Air 2020, DOI: 10.1111/ina.12751) y del uso del dióxido de carbono como indicador de riesgo de infección (medRxiv 2020, DOI: 10.1101/2020.09.09.20191676) donde ya hemos contribuido. Si podemos conseguir financiación, una parte de nuestra actividad podría ser en transmisión de enfermedades.

Definitivamente continuaré estudiando la atmósfera porque, por loco que parezca ahora, el cambio climático es un problema mayor que el COVID-19.

La COVID-19 pasará. El cambio climático empeorará y estará con nosotros para siempre.

Traducido al español por Lorena Tomás Laudo para C&EN. La versión original (en inglés) de este artículo está disponible aquí.

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