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Greenhouse Gases

C&EN En Español

El óxido nitroso del permafrost tibetano esconde malas noticias para el calentamiento global

Los científicos estiman que el deshielo podría liberar grandes cantidades de este gas de efecto invernadero

by Janet Pelley, artículo especial para C&EN
July 31, 2018

 

Credit: Guibiao Yang/Chinese Academy of Sciences
Un nuevo estudio demuestra que el deshielo del permafrost tibetano (en la foto) liberaría grandes cantidades de óxido nitroso, un gas de efecto invernadero y dañino para la capa de ozono.

El permafrost, la capa de suelo permanentemente helado de las zonas frías, suele liberar gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono o el metano cuando se descongela—un problema cada vez más común por culpa del cambio climático. Pero los investigadores que estudian el permafrost a menudo pasaban por alto las emisiones de óxido nitroso, un gas de efecto invernadero 300 veces más potente que el CO2. Ahora, un estudio estima que las áreas que se derriten en el permafrost tibetano liberan tanto N2O que sus emisiones compiten con los mayores focos de emisión de este gas que se conocen en el planeta (Environ. Sci. Technol. 2018, DOI: 10.1021/acs.est.8b02271).

Conocido mundialmente como ‘gas de la risa’ (antiguamente el ‘gas hilarante’), el N2O no sólo atrapa el calor de forma muy eficiente, sino que además es el principal culpable de la destrucción del ozono estratosférico. Este gas lo forman sobre todo bacterias y hongos en el suelo y los océanos cuando transforman nutrientes como nitratos y amoniaco a N2O. Aunque los suelos de permafrost esconden grandes cantidades de nitrógeno orgánico en forma de plantas y animales congelados, hasta ahora los científicos habían asumido que el frío evitaba que se descompusieran en los ingredientes que alimentan la producción de N2O. De hecho, las plantas que crecen sobre el permafrost compiten con avaricia por las pequeñas cantidades de nutrientes que produce el suelo helado, dice Yuanhe Yang, ecologista experta en cambio global del Instituto de Botánica de la Academia de Ciencias de China.

Unos pocos estudios sugerían que, cuando se derrita, el permafrost podría liberar cantidades sustanciales de nitrógeno en forma de N2O. Pero estos estudios se centraban en los ecosistemas de tierras bajas, que tienden a inundarse tras el deshielo – algo que ralentiza la producción de N2O. Pero el permafrost de tierras altas cubre casi 1 millón de kilómetros cuadrados en todo el mundo y, al ser más seco, podría ser una enorme fuente de emisiones de N2O. Yang y sus colegas decidieron medir estas emisiones en la meseta tibetana.

El equipo escaló hasta una pradera que incluye una garganta que lleva más de 20 años erosionándose debido al calentamiento del permafrost. Los investigadores compararon los resultados de una zona de control con varios puntos de deshielo en el barranco.

Bajo la sospecha de que el nitrato es el principal ingrediente para que se produzca el N2O, los investigadores midieron estos dos compuestos en las zonas de toma de muestra. Los puntos que se habían derretido más recientemente tenían los niveles más altos de nitrato en el suelo, lo que provocaba unas emisiones de N2O de 3.1 mg/m2 por día, 100 veces más que las zonas de control. “Esto encaja con el flujo de óxido nitroso de los suelos de bosques tropicales, la mayor fuente de óxido nitroso del planeta,” dice Yang. Los científicos también calcularon que el potencial efecto invernadero de las emisiones de N2O de la garganta tibetana eran muy significativos—igualando casi el 60% del efecto invernadero del metano procedente de esa misma zona.

Para cada una de las zonas, el equipo de Yang también analizó la abundancia de tres genes microbianos que controlan la producción de N2O. Un análisis estadístico reveló que la combinación de los factores ambientales con la frecuencia de aparición de estos genes explicaba los patrones de emisión de N2O en esa zona. Yang explica que el suelo que acaba de derretirse tiene la humedad ideal para los microbios que producen N2O, ya que no es suficiente para que crezcan plantas que compitan por el nitrato.

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“Este es el primer estudio de campo que encuentra correlación entre la liberación de nitratos y un cambio en los genes microbianos relacionados con un aumento del flujo de óxido nitroso,” apunta Carolina Voigt, una biogeoquímica de la Universidad de Montréal.

Conforme el planeta se calienta, se derretirá más y más permafrost, dice Yang. “Si nos basamos en los resultados de este estudio, se liberará más óxido nitroso de los suelos de zonas altas con permafrost, lo que acelerará el cambio climático,” concluye.


Traducción al español producida por Fernando Gomollón Bel de Divulgame.org para C&EN. La versión original (en inglés) del artículo está disponible aquí.

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