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Las bacterias con dos juegos de membranas que protegen sus órganos internos, llamadas bacterias gramnegativas, se encuentran entre los agentes patógenos más dañinos para el ser humano. Esta doble armadura las protege frente a los antibióticos y ayuda a desarrollar resistencia frente a estos últimos. Un equipo dirigido por Eric Brown de la Universidad McMaster (Hamilton, Canadá) ha encontrado una manera de debilitar la membrana externa de los microbios gramnegativos, tras lo cual medicamentos, que antes se habían mostrado inútiles, pueden penetrar en los agentes patógenos y matarlos, incluyendo cepas resistentes a varios medicamentos (Nat. Microbiol. 2017, DOI: 10.1038/nmicrobiol.2017.28).
A finales de febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una lista de las bacterias patógenas más peligrosas. Las tres primeras posiciones las copan las bacterias de los géneros Acinetobacter y Pseudomonas, y las de la familia de las Enterobacteriaceae, todos ellos microbios gramnegativos con resistencia polifármaco. Pueden causar neumonía o infecciones sistémicas potencialmente mortales, y los hospitales se han convertido en un foco de infección para los pacientes. Como último recurso, los médicos pueden tratar a los infectados con antibióticos que resultan tóxicos para las células nerviosas y del riñón. Pero las bacterias han empezado a desarrollar resistencia incluso contra estos medicamentos imperfectos, amenazando con “causar una brecha muy importante en nuestra última línea de defensa contra agentes patógenos gramnegativos con resistencia polifármaco”, dice Brown.
Para enfrentarse a este problema, Brown y sus colaboradores buscaron compuestos que pudieran inutilizar las membranas externas de las bacterias gramnegativas, y consiguieron dar con un medicamento ya existente, la pentamidina, que se receta para acabar con los protozoos patógenos que causan la enfermedad del sueño y la leishmaniosis. Tras infectar ratones con bacterias Acinetobacter baumannii con resistencia polifármaco, el equipo pudo curarlos administrándoles una combinación de pentamidina y antibióticos para patógenos grampositivos, es decir, bacterias con una sola membrana.
Como comenta el microbiólogo de la Universidad de Columbia Británica Robert Hancock, que caracterizó patógenos gramnegativos al principio de su carrera investigadora y que actualmente se encuentra combatiendo la resistencia a antibióticos, “la pentamidina puede insuflar vida a medicamentos que nunca habríamos probado contra infecciones causadas por gramnegativas, ya que nunca habrían sido capaces de traspasar la membrana externa”, tras lo que añade “y hay algo casi tan fascinante como esto, y es que la pentamidina es en sí un medicamento”. Esto significa que hay una posibilidad de que su aprobación por agencias reguladoras, como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), pueda verse acelerada al haber demostrado ya ser segura en humanos.
El nuevo estudio respalda una opinión creciente entre la comunidad científica sobre el desarrollo de nuevos compuestos. Ésta nueva corriente considera que debilitar las bacterias en vez de matarlas puede disminuir la deriva evolutiva de los patógenos que los lleva a volverse resistentes. Entonces, un medicamento, que en otras condiciones no habría mostrado ninguna actividad, puede matar estos patógenos ahora debilitados. Brown agrega que “la idea es añadir un agente que se encargue de un mecanismo de resistencia o, como en este caso, que pueda evitar una resistencia intrínseca.”
Pero Brown aclara que, hasta la fecha, sólo se le ocurre un ejemplo en el que esta estrategia puede llegar a ser exitosa: bacterias resistentes a antibióticos con un anillo de β-lactama en su estructura (una familia de antibióticos de amplio espectro en la que se incluye la penicilina). Estas bacterias resistentes a antibióticos tienen enzimas que pueden descomponer el anillo, por lo que se recetan inhibidores de β-lactamasa, unos agentes debilitantes, junto a antibióticos con anillos de β-lactama presentes en su estructura para acabar con los agentes patógenos.
Traducción al español producida por Greco González Miera de Divulgame.org para C&EN. La versión original (en inglés) del artículo está disponible aquí.
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