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El Premio Wolf de Química 2022 ha sido otorgado a Bonnie L. Bassler de la Universidad de Princeton, Carolyn R. Bertozzi de la Universidad de Stanford y Benjamin F. Cravatt III de Scripps Research en California. Los tres recibieron el premio “por sus contribuciones fundamentales en la comprensión de la química en la comunicación celular y la invención de metodologías químicas para estudiar el papel de los carbohidratos, los lípidos y las proteínas en dichos procesos biológicos”, según la Fundación Wolf, que otorga premios de 100.000 dólares americanos cada año a una selección de personas en las ciencias y las artes.
Con este premio, la Fundación Wolf manda un mensaje claro: “la interfaz química-biología es un terreno fructífero en el que hacer descubrimientos”, dice Bertozzi, un tema del que se hacen eco los demás ganadores. “Eso es lo que los tres tenemos en común”, añade ella.
Bassler está de acuerdo. La combinación de los científicos premiados “destaca lo íntimamente vinculadas están la química y la biología en la actualidad, y cómo se pueden hacer descubrimientos inesperados utilizando la química para estudiar la biología y los sistemas biológicos, con el objetivo de revelar sus principios químicos subyacentes”, dice ella en un correo electrónico.
Los tres han desarrollado herramientas científicas únicas con las que hacer descubrimientos, añade Bertozzi. “Es un tema que acerca los desarrollos tecnológicos a los descubrimientos en biología”.
La investigación de Bassler ha identificado las señales químicas transmitidas entre las bacterias, a menudo para indicar u ocultar poblaciones, un fenómeno conocido como detección de quórum. Bertozzi es la fundadora del campo de la química bioortogonal, que llevaa cabo reacciones químicas dentro de las células y evita la interferencia con sus reacciones bioquímicas naturales. También descubrió que los glicanos desempeñan funciones previamente desconocidas como moléculas clave en el reconocimiento celular. Por otro lado, Cravatt ha desarrollado un conjunto de aproximaciones, incluida la proteómica química, para revelar qué hacen las proteínas dentro de las células e identificar nuevas dianas farmacológicas. Los descubrimientos de los tres investigadores apuntan a nuevas formas de tratar enfermedades.
En comentarios a C&EN, los tres investigadores expresaron su honor por recibir el premio y su agradecimiento al compartirlo como colegas y amigos de toda la vida. “Personalmente, este premio es un tributo a los muchos y tan especiales miembros de nuestro laboratorio y a su compromiso de perseguir problemas de investigación ambiciosos en la interfaz de la química y la biología con creatividad, propósito y persistencia”, dice Cravatt en un correo electrónico.
Los premios Wolf en ciencias se otorgan a investigadores en campos como la agricultura, la química, las matemáticas, la medicina y la física. Desde el primer premio en 1978, solo otra mujer, Ada Yonath del Instituto de Ciencias Weizmann, había recibido el Premio Wolf en Química antes que Bassler y Bertozzi.
Traducido al español por Lorena Tomás Laudo para C&EN. La versión original (en inglés) de este artículo se publicó el Feb. 9, 2022, está disponible aquí.
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